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“Mide dos veces, corta una vez”

Actualizado: 15 mar

Recuerdo perfectamente la primera vez que escuché la frase “Mide dos veces, corta una vez”. La aprendí en la infancia, mientras observaba al abuelo de mi mejor amigo trabajar en su taller de carpintería. Cada vez que estaba a punto de cortar una pieza de madera, se detenía, medía con cuidado y luego volvía a medir, asegurándose de que todo estuviera perfecto antes de hacer el corte. No lo entendí en ese momento, pero con los años descubrí que este simple principio de carpintería tiene una aplicación poderosa en cualquier área de la vida, y especialmente en el liderazgo.


Hoy quiero hablarte de cómo este principio, que a simple vista parece tan básico, puede cambiar la forma en que lideras, tomas decisiones y gestionas proyectos. Como líder con más de 25 años de experiencia, he visto una y otra vez cómo “medir dos veces” antes de actuar puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso, entre hacer algo bien a la primera o tener que corregir errores después.


Medir es una actividad estratégica

Cuando hablo de “medir”, no me refiero solo a medir físicamente, como lo haría un carpintero. En el contexto del liderazgo, medir significa planificar, analizar y asegurarte de que estás tomando la mejor decisión antes de actuar. Es una actividad estratégica porque implica ver el panorama completo, anticipar posibles desafíos y preparar el terreno para lo que vendrá.


Medir correctamente es clave para evitar errores y optimizar los recursos disponibles. En el liderazgo, medir puede implicar:


  • Evaluar las capacidades del equipo: Antes de asignar una tarea, necesitas saber si las personas tienen las habilidades y los recursos necesarios para cumplir con lo esperado. De lo contrario, estarás configurando el proyecto para el fracaso, ya que el equipo podría no tener la capacidad o los conocimientos adecuados para ejecutarlo correctamente.

  • Analizar los riesgos: Un buen líder siempre debe anticipar qué puede salir mal y tener un plan para minimizar esos riesgos. Es importante considerar las posibles complicaciones que puedan surgir en cada fase del proyecto. Esto te permite diseñar una estrategia preventiva en lugar de reaccionar ante los problemas cuando ya es demasiado tarde.

  • Clarificar los objetivos: No puedes liderar bien si no tienes claro hacia dónde vas. Medir significa asegurarte de que tus metas son claras para ti y para tu equipo. Si los objetivos no están definidos, es probable que el proyecto pierda dirección y enfoque, lo que genera retrabajo y malentendidos. Tomarte el tiempo para definir los objetivos desde el principio garantiza que todos entiendan hacia dónde se dirige el esfuerzo colectivo.


Cortar es una acción táctica

Por otro lado, “cortar” en este contexto es la acción de ejecutar. Es el momento de tomar decisiones, actuar y llevar el plan a cabo. Si mediste bien, cuando llegue el momento de cortar, lo harás con confianza y precisión. El problema es que muchos líderes quieren “cortar” sin haberse tomado el tiempo para medir adecuadamente. El resultado suele ser el retrabajo, las correcciones, las frustraciones e incluso los fracasos.


Cortar sin medir es como intentar construir una casa sin planos. Es posible que logres levantar algo, pero las probabilidades de que tengas que derribar y empezar de nuevo son altas. Este es uno de los errores más comunes que cometen los líderes que se sienten presionados por la inmediatez de los resultados o las expectativas externas. En lugar de tomarse el tiempo para medir y planificar, se precipitan en la ejecución, lo que a menudo termina en resultados subóptimos.


¿Por qué no “medimos dos veces”?

La realidad es que muchos de nosotros no “medimos dos veces” porque vivimos en un mundo que se mueve demasiado rápido. Estamos bajo presión constante para tomar decisiones rápidas, resolver problemas de inmediato y entregar resultados lo antes posible. Como resultado, caemos en la trampa de pensar que medir dos veces es una pérdida de tiempo. Preferimos actuar cuanto antes y asumir que podemos solucionar cualquier problema que surja sobre la marcha.


Sin embargo, aquí está la verdad: medir dos veces ahorra tiempo y retrabajo. Tomarte unos momentos para evaluar con cuidado puede parecer que ralentiza el proceso, pero en realidad es lo contrario. Cuando te tomas el tiempo para medir bien, te aseguras de que lo que hagas después sea más rápido, más preciso y más efectivo. Es como afilar el hacha antes de cortar un árbol; puede parecer que te estás retrasando, pero en realidad estás preparando el camino para un esfuerzo más eficiente y menos agotador.


Medir dos veces ahorra retrabajo

Todos hemos estado allí. Comenzamos un proyecto, tomamos decisiones rápidas y, en algún momento del proceso, nos damos cuenta de que no consideramos algo importante. ¿El resultado? Retrabajo. Tenemos que volver atrás, corregir, rehacer y, a veces, incluso empezar de nuevo desde cero. Este tipo de situaciones genera frustración, desperdicio de recursos y, lo peor de todo, pérdida de confianza por parte del equipo.


Si te tomas el tiempo para medir dos veces antes de cortar, no solo evitarás el retrabajo, sino que también reducirás el estrés y la frustración de tener que corregir errores. En el liderazgo, esto significa:

  • Menos problemas que resolver a medida que avanza el proyecto: Cuando mides correctamente desde el inicio, las decisiones que tomas tienen mayor solidez, lo que reduce la posibilidad de encontrar problemas inesperados en las etapas posteriores.

  • Equipos más eficientes que no tienen que rehacer tareas: Los equipos que trabajan con una visión clara y una planificación sólida son más productivos. Evitar el retrabajo significa que los miembros del equipo pueden enfocarse en avanzar en lugar de retroceder para corregir errores.

  • Decisiones más acertadas que generan mejores resultados desde el principio: Medir bien antes de cortar te da la certeza de que las decisiones que tomas están basadas en un análisis cuidadoso. Esto se traduce en proyectos más exitosos y resultados más consistentes.


Medir parece que ralentiza, pero es más rápido

Aunque parezca que medir dos veces te hace ir más lento, es realmente la forma más rápida de avanzar. Cuando cortas sin medir, a menudo tienes que volver atrás y corregir errores. Esto no solo toma más tiempo, sino que también desgasta a tu equipo y puede afectar la moral. Un equipo que ve cómo sus esfuerzos deben repetirse constantemente, eventualmente pierde motivación y confianza en el proceso.


En cambio, cuando te tomas el tiempo para planificar bien desde el principio, avanzas con seguridad y confianza. Esto no significa que no enfrentarás desafíos, pero habrás anticipado muchos de ellos y estarás mejor preparado para enfrentarlos.


La responsabilidad de medir recae en los líderes

Finalmente, algo que he aprendido con los años es que la responsabilidad de medir recae en los líderes. Como líderes, somos los encargados de asegurarnos de que nuestro equipo esté alineado, que los riesgos sean evaluados y que los objetivos estén claros. No podemos esperar que los demás “midan” por nosotros. Es nuestra tarea crear ese espacio de planificación, reflexión y análisis antes de tomar acción.


Los líderes deben liderar no solo en la ejecución, sino también en la planificación. Esto significa tomarse el tiempo para involucrar al equipo en el proceso de medición y planificación. Así, no solo te aseguras de que todo esté en orden, sino que también das a tu equipo la oportunidad de aportar ideas y perspectivas valiosas que podrían mejorar el resultado final.


Acciones prácticas para aplicar este principio

  1. Tómate tiempo para planificar cada proyecto: Antes de comenzar cualquier iniciativa, dedica tiempo a medir. Evalúa todos los aspectos del proyecto, desde los recursos hasta los riesgos. Aunque te tome un poco más de tiempo al principio, verás cómo todo fluye con mayor facilidad después.

  2. Involucra a tu equipo en la fase de “medir”: Pide a los miembros de tu equipo que también aporten su perspectiva antes de actuar. A menudo, ellos verán aspectos que tú no habías considerado y su visión puede ayudarte a evitar errores.

  3. Reflexiona sobre tus decisiones pasadas: Piensa en una situación en la que no “mediste dos veces” antes de actuar. ¿Qué podrías haber hecho de manera diferente para evitar errores o retrabajos? Usa esta reflexión como aprendizaje para futuras decisiones.


Recomendaciones de libros para profundizar en el tema

  1. “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” – Stephen Covey. Un clásico que te ayudará a entender la importancia de la planificación y cómo ser más proactivo en tu vida personal y profesional.

  2. “Liderazgo basado en principios” – Stephen Covey. Este libro profundiza en cómo los principios sólidos pueden guiar nuestras decisiones como líderes. 

  3. “Prioridad 1” – Franklin Covey. Un excelente libro que te enseñará cómo priorizar y gestionar tu tiempo de manera más efectiva, asegurándote de que siempre estás “midiendo dos veces” antes de actuar.



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©Ale Mendoza 2025

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