Conversar no es suficiente
- Alejandro Mendoza
- hace 6 días
- 4 Min. de lectura
Cómo hablar con firmeza sin dejar de ser empático
“La calidad de tus conversaciones determina la calidad de tus relaciones, tu liderazgo… y en muchos casos, tus resultados.”
—Ale Mendoza
Una verdad incómoda: muchos líderes saben hablar, pero no saben conversar.Dominan el micrófono, pero no la conexión.
Se expresan bien, pero no escuchan. Dan órdenes, pero no generan transformación.
Y no estoy hablando de falta de carisma o elocuencia. Estoy hablando de algo más profundo: De la incapacidad de tener conversaciones reales, que desafíen con respeto, que escuchen con empatía, que transformen sin herir.
¿Por qué cuesta tanto tener conversaciones que sanen, confronten y construyan al mismo tiempo?
La trampa de evitar lo incómodo
Muchos líderes prefieren rodear el tema. Cambiar de canal. Mandar un mail en lugar de hablar cara a cara. Reprimir lo que sienten. Fingir que “no es para tanto”. Y cuando por fin hablan… o se desbordan, o ya es demasiado tarde.
¿Te ha pasado?
“No dije nada porque no quería incomodar.”
“No sabía cómo expresarlo sin sonar duro.”
“Mejor no confronté. ¿Y si lo tomo mal?”
“Ya para qué…”
El resultado: equipos que no confían, relaciones estancadas, ambientes tensos, liderazgo sin impacto. Lo sé porque yo también he estado ahí.
¿Cómo se sale de esa trampa?
No con más “motivación”, sino con herramientas concretas. Hoy quiero presentarte tres modelos que han cambiado la forma en que converso, lidero y acompaño a otros:
Comunicación No Violenta de Marshall Rosenberg
Fierce Conversations de Susan Scott
Radical Candor de Kim Scott
No son teorías. Son modelos vivos, usados en organizaciones, equipos, matrimonios y procesos de coaching en todo el mundo.
Marshall Rosenberg: Hablar sin herir
Marshall desarrolló la Comunicación No Violenta (CNV) con una premisa simple y poderosa:
“Toda violencia es la trágica expresión de una necesidad no satisfecha.”
La CNV busca que dejemos de comunicarnos desde el juicio, la crítica o la culpa… y aprendamos a hacerlo desde la empatía, claridad y responsabilidad personal. Su modelo se resume en 4 pasos:
O-S-N-P
Observación sin juicio: “Cuando llegaste 30 minutos tarde…”
Sentimiento real: “Me sentí frustrado…”
Necesidad no satisfecha: “...porque valoro la puntualidad y la responsabilidad.”
Petición clara: “¿Podrías avisarme con anticipación si vas a retrasarte?”
La diferencia es brutal. No atacas. No acusas. No dramatizas. Solo dices la verdad con empatía y dirección.
Susan Scott: Habla de lo que realmente importa
Susan Scott escribió Fierce Conversations con un solo propósito: Romper el hábito de evitar lo incómodo.
“Las conversaciones verdaderas no siempre son cómodas.
Pero sí necesarias.”
Su modelo propone que cada conversación es una oportunidad de transformación, si estás dispuesto a:
Estar totalmente presente
Decir la verdad, aunque incomode
Confrontar sin herir
No disfrazar lo importante
Entrar en la emoción que hay detrás de los hechos
Una conversación feroz no es agresiva. Es valiente, honesta y humana. Scott propone una estructura de 7 pasos para conversaciones difíciles. Aquí te dejo tres claves:
Nombra el problema directamente
Describe el impacto que está teniendo
Pregunta: ¿cómo lo ves tú?
Eso solo ya cambia el tono, el terreno y el tipo de respuesta que recibirás.
Kim Scott: El equilibrio entre la verdad y el cuidado
¿Te cuesta ser directo porque no quieres herir? ¿O eres tan directo que a veces rompes lo que quieres construir? Kim Scott lo resume en una herramienta sencilla y brutalmente honesta:
El cuadrante de la franqueza radical:
Ejes:
Cuidar personalmente
Desafiar directamente
Cuatro estilos:
Franqueza Radical (ideal)
Empatía Arruinada (cuidas pero no confrontas)
Agresión Obstinada (confrontas sin cuidar)
Insinceridad Manipuladora (ni confrontas ni cuidas)
“No hay nada más cruel que no decirle a alguien la verdad cuando tiene la oportunidad de mejorar.”
El objetivo no es ser rudo ni ser blando. Es ser real, con intención de ayudar. Y eso —créanme— se aprende.
¿Y si pudiéramos aprender a conversar así?
No desde la herida, ni desde la evasión. No desde el sarcasmo ni desde el juicio.Sino desde un lugar de valentía, empatía y claridad. Estas tres herramientas me han servido para:
Mejorar la calidad de mis conversaciones difíciles
Dar feedback sin destruir
Abrir espacios de confianza con mis equipos
Pedir ayuda con dignidad
Corregir sin perder conexión
Y sé que pueden ayudarte también a ti.
Algunas preguntas para ti
Te dejo aquí algunas preguntas para reflexión personal o para trabajar en equipo:
¿Qué conversación estás evitando por miedo a lo incómodo?
¿Qué necesitas decir… pero no sabes cómo?
¿Tu estilo de conversación es pasivo, agresivo o empático?
¿Con quién necesitas practicar una conversación valiente esta semana?
¿Qué puedes hacer hoy?
Aquí van 3 acciones concretas para comenzar:
1. Elige una conversación pendiente y estructura tu mensaje usando O-S-N-P
Hazlo por escrito primero. Luego practica. Luego lánzate.
2. Escucha estos episodios del Maxwell Leadership Podcast por Juan Vereecken
🎙️ Episodio 27: “Tu capacidad de liderazgo se mide por tus conversaciones”🎙️ Episodio 91: “Cómo tener conversaciones difíciles sin romper relaciones”
(Disponible en Spotify, Apple y YouTube)
3. Invítame a facilitar este contenido en tu equipo o empresa
Trabajo con equipos de alto rendimiento que necesitan subir la calidad de sus conversaciones. Podemos armar un workshop adaptado para ustedes.
¿Quieres trabajar esto en tu vida?
Si estás leyendo esto y sabes que necesitas aprender a hablar mejor —con más verdad, más empatía y más firmeza—, te invito a iniciar un proceso de mentoring 1 a 1 conmigo o en grupo. No te prometo comodidad, pero sí transformación.
“Conversar no es solo intercambiar palabras.
Es atreverse a decir lo que importa, con la actitud correcta.”
—Ale Mendoza



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