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La revolución tecnológica

Lo que la tecnología ha cambiado para siempre

Todavía recuerdo la primera vez que usé PowerPoint para una presentación. Era 2001 y todos pensábamos que si habíamos sobrevivido al Y2K, nada nos podría detener (los lectores GenZ y algunos Millenials tendrán que googlear Y2K 😇).


Honestamente esa experiencia que te brindaba Power Point era como una verdadera revolución. Ya no necesitaba transparencias, ni rotafolios, ni marcadores. Con un par de clics, las ideas se veían “profesionales”. Ese día me sentí moderno, eficiente… casi visionario. Y por unos años, eso bastó. Hoy esa sensación no dura a veces ni siquiera semanas... o días.


Pero los tiempos cambiaron rápido. Muy rápido. De pronto, las videoconferencias reemplazaron las reuniones presenciales. Las redes sociales comenzaron a ser más influyentes que muchos líderes. Y luego llegaron Zoom, IA, dashboards en tiempo real, análisis predictivo, bots y asistentes virtuales que "saben más" que uno.


Hoy miro hacia atrás y me doy cuenta de que el verdadero desafío nunca fue la herramienta en sí. El verdadero reto ha sido mantener el liderazgo humano en medio de tanta tecnología. Porque el problema no es la tecnología. El problema es olvidar para qué está.


La tecnología ha transformado radicalmente la forma en que vivimos, trabajamos y lideramos. Nos ha dado velocidad, acceso, conectividad, eficiencia. Pero también nos ha traído nuevos desafíos: distracción crónica, sobrecarga de información, brechas digitales, y la tentación de liderar desde la pantalla y no desde la presencia.


El liderazgo en esta era no puede ser ajeno a la tecnología. Pero tampoco puede ser rehén de ella. El reto hoy es usar la tecnología como un medio para potenciar la conexión humana, no para reemplazarla.


Este artículo es una invitación a reflexionar sobre cómo lideramos en un mundo donde lo digital ya no es opcional, y cómo podemos desarrollar habilidades que nos permitan sostener humanidad, criterio y visión en medio de tanta velocidad.


1. Liderar con tecnología, no desde la tecnología

Hoy en día, muchas decisiones se toman frente a una pantalla. Y eso tiene ventajas. Podemos reunirnos con alguien en otro país con un clic, monitorear resultados en tiempo real, automatizar procesos que antes robaban horas.


Pero hay una diferencia crucial entre liderar con tecnología y liderar desde la tecnología. Liderar desde la tecnología implica esconderse detrás de un correo, de un Excel, de una app. Liderar con tecnología significa usar las herramientas para potenciar la relación, la claridad y la acción.


Un líder no puede delegar el vínculo humano. Ni a un software ni a una interfaz. Puede apoyarse en ellos, sí. Pero el liderazgo real sigue pasando por las conversaciones, las decisiones difíciles, la empatía y la coherencia.


2. El dilema de la velocidad vs. profundidad

La tecnología nos ha dado inmediatez. Y eso es un arma de doble filo. Hoy, todo se mueve más rápido: las expectativas, los cambios, las crisis, las respuestas.


Pero no todo lo importante puede resolverse con rapidez. Hay temas que necesitan pausa, reflexión, tiempo de calidad. El liderazgo efectivo requiere desarrollar criterio para distinguir lo urgente de lo importante.


Un estudio del MIT Sloan Management Review (2023) revela que los líderes que combinan pensamiento estratégico con dominio tecnológico tienen el doble de impacto en la transformación organizacional. Eso requiere ritmo… pero también profundidad.


3. Nuevas habilidades: alfabetización digital y discernimiento estratégico

Hoy, un líder no necesita ser programador ni experto en IA. Pero sí necesita alfabetización digital. Es decir, saber cómo funcionan las herramientas que usa su equipo, entender lo que es posible automatizar, cómo interpretar datos y cómo la tecnología afecta a su industria.


Pero además necesita discernimiento estratégico. Porque no todo lo nuevo es útil. No toda innovación es saludable. Y no todo lo que se puede hacer, se debe hacer.


El liderazgo moderno implica hacer preguntas como:

  • ¿Esta tecnología mejora o erosiona la experiencia humana?

  • ¿Estamos usando datos para empoderar… o para controlar?

  • ¿Qué impacto tendrá esta herramienta en la cultura de mi equipo?


4. Tecnología sin ética es poder sin dirección

Uno de los grandes riesgos de esta era es creer que “porque se puede, entonces se debe”. Pero la historia está llena de ejemplos donde la tecnología sin ética llevó a decisiones deshumanizantes.


Los líderes de hoy necesitan desarrollar un pensamiento ético profundo. Necesitan cuestionar:


¿Qué mensaje estoy enviando al implementar esta herramienta?¿Estoy protegiendo la privacidad, la equidad y la dignidad de mi equipo?

Ejemplos como el caso de Amazon y sus algoritmos de reclutamiento (que reproducían sesgos de género) muestran que incluso las grandes compañías pueden fallar cuando no hay una brújula ética clara.


Liderar en la era tecnológica es tener el valor de poner límites cuando sea necesario y de usar el poder para construir, no para explotar.


5. La oportunidad: líderes más humanos gracias a la tecnología

Paradójicamente, la tecnología también nos ofrece una oportunidad única: humanizar más nuestro liderazgo.¿Cómo? Delegando lo automatizable y dedicando más tiempo a lo esencial: conversar, escuchar, inspirar, formar.Si lo usamos bien, lo digital no nos aleja… nos permite estar más presentes donde realmente importamos.


La tecnología no es el enemigo del liderazgo. Pero sí puede ser un distractor si olvidamos lo que verdaderamente importa.Liderar bien en esta era es tener el coraje de usar la tecnología sin perder el alma.Es aprender a movernos con agilidad, sin convertirnos en máquinas de producción.Es saber cuándo apagar la pantalla y mirar a los ojos.Es decidir, cada día, que las herramientas no definen nuestro liderazgo. Lo definen nuestras decisiones, nuestros valores, y nuestra capacidad de conectar.


Yo sigo aprendiendo. A veces me abruma tanta actualización. A veces me gana la urgencia. Pero cada vez me esfuerzo más por recordar: la tecnología es buena… cuando está al servicio de lo que no cambia: la humanidad.

¿Estás usando la tecnología para potenciar tu liderazgo… o estás liderando desde una pantalla sin conexión real?


Esta semana, evalúa tus interacciones. Elige una conversación que normalmente harías por texto o correo… y transfórmala en una llamada, una reunión presencial o una videollamada con cámara encendida. Usa la tecnología para acercarte, no para esconderte.

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©Ale Mendoza 2024

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